domingo, 12 de octubre de 2008

la silenciosa labor de Lourdes Gil-Cepeda

La lucha en segundo plano

[ 10-10-2008 ] Alfa y Omega (9-10-08)

Los padres objetores de Valladolid recuerdan la labor de Lourdes Gil-Cepeda, madre de familia numerosa, que falleció al dar a luz a su séptimo hijo.

Lourdes fue promotora de la objeción de conciencia frente a Educación para la ciudadanía, en Valladolid. Fue esposa de don José Sanz, uno de tantos padres comprometidos contra EpC que recorre los centros escolares dando charlas informativas. Pero, ante todo, Lourdes fue una mujer abierta a la vida. Hasta el extremo de dar la propia vida. Hace unos días, murió al dar a luz a su séptimo hijo, y sus compañeros de la plataforma de objetores recuerdan su labor callada y discreta, siempre en segunda línea, para que otros pudieran estar en la vanguardia de la libertad

Amigos todos, de todas las plataformas: hoy hemos enterrado a Lourdes, la esposa de Pepe Sanz Aguilar. Desde la plataforma de Valladolid, casi no solemos enviar mensajes a redes (aunque los leemos todos), principalmente por la precariedad con la que estamos llevando adelante esta batalla contra EpC. Pero en un día como hoy sacamos tiempo como sea para que todos conozcáis a esta mujer que tanto ha aportado para que nuestra lucha por la objeción pudiera salir adelante. Las madres de familia numerosa con niños pequeños siempre estamos deseando que nuestros maridos lleguen a casa y nos echen una mano con los niños, compartan con nosotras los problemas de cada jornada, etc. Pues bien, durante muchos meses, con niños pequeñitos y embarazada, ella ha posibilitado que Pepe se preparara todas las conferencias que hemos dado en tantos centros de Valladolid (y provincia); encontró su lugar como miembro imprescindible de la plataforma en la segunda fila, en la renuncia, en lo que no se percibe a simple vista, acompañando y apoyando a su marido en todo, a pesar de la más que justificada fatiga de la mujer, de la que hablaba el Papa Juan Pablo II en su Carta a las familias, de 1994.

Mujer abierta a la vida

Conocí a Pepe y Lourdes hace unos cuantos años, cuando aún no se habían trasladado a Valladolid y vivían en Benavente. Me llamó la atención que una mujer tan joven, tan alegre, tan femenina, hubiera decidido (junto con su marido) dedicar su vida a llevar adelante un proyecto de familia tan numerosa. Vivieron momentos de mucho sufrimiento, como el embarazo de su cuarta hija, Dolores, que tantas lágrimas le costó a Lourdes por el diagnóstico equivocado que hicieron los ginecólogos acerca de la salud de su futura hija. Lágrimas que se transformaron en gozo, cuando, tras el nacimiento de la niña, Dios les bendijo con bienes materiales (una casa nueva) y espirituales (Dolores salió adelante y hoy es una niña sana). Finalmente, recuerdo como si fuera hoy el día en que Pepe y Lourdes me comunicaron que esperaban su séptimo hijo. Inmediatamente les di la enhorabuena y me admiré de su generosidad. «Soy una mujer abierta a la vida», me dijo Lourdes; y verdaderamente ella ha entregado su vida por todos y cada uno de sus hijos, desde el primero hasta el último, viviendo a contracorriente, y aquí no puedo evitar citar a Chesterton: «Cualquier cosa muerta puede ir con la corriente, pero solamente algo que está vivo puede nadar contra la corriente».

Así vivió Lourdes, siempre alegre, llena de vitalidad, volcada en su marido, porque tenía la experiencia existencial profunda de que «el que encuentre su vida la perderá; y el que pierda su vida por Mí la encontrará» (Mt 10, 39). Ella ya ha encontrado la vida.

Rezad por los que todavía seguimos aquí, para que no nos derrumbemos y podamos ayudar a tantos padres objetores. Que Dios nos dé fortaleza para llevar adelante esta misión que nos ha encomendado.

Susana Álvarez

Padres por la Libertad, de Valladolid

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